Ir al trabajo y sacar lo mejor de nosotros mismos no siempre es fácil. Esto puede afectar no solo a la productividad, sino también al estado de ánimo y a la motivación para trabajar. A continuación te contamos algunos consejos que te ayudarán a obtener esa motivación indispensable y a mejorar la forma en que afrontas el día a día laboral.
Cada empresa y puesto laboral puede presentar sus propias particularidades. Sin embargo, los siguientes trucos son aplicables a la mayoría de ellas, así que presta atención.
El kaizen es un principio japonés que puede traducirse como “mejora continua”. Consiste en adoptar un enfoque que evite el conformismo. Por el contrario, se opta por estar siempre dispuesto a mejorar y seguir evolucionando. Aplicar este principio a la trayectoria laboral y al desarrollo de nuestra labor profesional diaria ayuda a obtener esa motivación para trabajar que a veces tanto cuesta encontrar.
Es innegable que unas mejores condiciones laborales ayudan a que el empleado esté más motivado en el trabajo. Mejorar dichas condiciones se puede hacer de distintas formas. Por ejemplo, con un aumento directo del salario. Esta opción, aunque es muy efectiva, también suele ser bastante cara. Una alternativa es que las empresas inviertan en beneficios sociales, lo que resulta más rentable a largo plazo y también contribuye a mejorar las condiciones de trabajo. En este sentido, algunos de los ejemplos más comunes son Ticket Restaurant o Ticket Guardería, entre otros.
El ambiente de trabajo y las personas con las que lo compartimos influyen de forma directa en la motivación para trabajar. Mejorar las relaciones laborales, ya sea creando nuevas o potenciando las ya existentes, ayudan a que los trabajadores enfoquen de forma más positiva su jornada laboral. En este sentido, un buen punto de partida puede ser dedicar de forma activa algunos minutos al día a los compañeros de trabajo. No se trata de “coincidir” en el ascensor o en la máquina de café. Se trata de dedicarle tiempo de calidad a aquellos compañeros más cercanos y que, con su presencia, ayudan a que haya un motivo más para acudir al puesto de trabajo cada mañana.
Aunque esta máxima latina suele asociarse al disfrute, también puede traducirse por “aprovecha el día”. Aplicar el carpe diem en el trabajo significa aprovechar el tiempo que pasamos en la oficina o en nuestro puesto laboral. Hay que evitar estar mirando el reloj constantemente y matando el tiempo para que el día acabe. En lugar de eso, céntrate en aprovechar el tiempo de trabajo y sacarle el máximo partido. Cuando llegue el momento de volver a casa, tendrás esa sensación de satisfacción de las cosas bien hechas. Saber que has aprovechado el tiempo es una de las formas más sencillas, y efectivas, de sentirse bien con uno mismo.
Finalmente, otro de los trucos que te ayudarán a mejorar tu motivación para trabajar pasa por saber desconectar en el momento en el que te vas a casa. Separar la vida profesional de la personal ayuda a sentirse mejor en todos los aspectos. Ordena mentalmente la jornada, y contribuye a tener una mejor relación con el trabajo, que se concibe como una parte más de la propia vida, pero algo absorbente y que termina afectando a otras áreas. En este sentido, algo tan sencillo como tener dos teléfonos, uno para lo personal y otro para el trabajo, es un buen punto de partida.