Todas las empresas saben lo que es una factura, a diario la envían y reciben, confirmando que la facturación es una parte integral de la gestión de una empresa. Pero no siempre el empresario sabe qué es una factura proforma.
Única en su especie, quienes conocen qué es una factura proforma sabe que no puede compararse con la factura ordinaria, pero que tampoco es un presupuesto. Ni presenta un número de factura único y secuencial, ni tiene valor fiscal, ni se incluye en los registros contables.
Aunque va más allá de una simple presentación del precio de una serie de productos en detalle, puesto que revela la existencia de un acuerdo entre comprador y vendedor.
Una factura proforma es esencialmente una factura preliminar de venta. Este documento esboza la intención de un vendedor de entregar ciertos productos o servicios al cliente, por un precio específico.
El acuerdo en firme es lo que diferencia a una factura proforma de una factura real, porque en la proforma el precio aún no se ha acordado.
Las empresas que saben lo que es una factura proforma y están acostumbradas a su uso, aprovechan algunos de sus principales beneficios, como los cinco siguientes:
Dado que una factura proforma es una cotización en lugar de una confirmación de una venta, los términos están sujetos a cambios antes de la factura final. Ésa es también la razón por la que en un balance de contabilidad no se registra una factura proforma, ya que no es una factura real.
Sin embargo, los compradores aún pueden seguir las mejores prácticas cuando se trata de gestionar facturas proforma, en concreto, atendiendo a las siguientes recomendaciones:
¿Ya sabes qué es una factura proforma? Para saber más de facturación, en este artículos explicamos cómo y cuándo es posible emitir facturas sin IVA.