El controller financiero se ha convertido en una figura indispensable para cualquier empresa. Te explicamos por qué es tan importante y cuáles son algunas de sus funciones esenciales.
Tradicionalmente, el controller financiero es la persona encargada del control financiero de una empresa o negocio. Sus principales funciones están ligadas al control y supervisión de las finanzas y, en definitiva, actúa como enlace entre la gestión y la contabilidad de la compañía.
A pesar de esta definición tradicional, hoy en día las funciones del controller financiero de una empresa se han ampliado. Esta figura ha pasado de trabajar únicamente en el departamento financiero a hacerlo de una forma global. Por lo que sus decisiones influyen de manera determinante en el devenir de la empresa. Esta evolución le ha llevado a ser un promotor del cambio en cualquier compañía, y en un elemento clave para adaptarse a los nuevos tiempos y necesidades actuales.
De este modo suministrará información significativa y fiable a la compañía, y apoyará su toma de decisiones en la dirección correcta. El controller financiero debe conocer los indicadores y herramientas más adecuadas para el sector en el que opera su compañía, y aplicarlos de forma acertada.
Otra de las funciones más importantes del controller financiero es la elaboración del presupuesto anual y del plan estratégico de la compañía, que serán los pilares sobre los que dirigirá su actividad durante todo el año de trabajo. Además, deberá preparar un reporting mensual y trimestral y coordinar las auditorías internas.
Deberá coordinar y supervisar tanto el trabajo del personal a su cargo como el de los otros departamentos relacionados. Es decir, el controller financiero también deberá ejercer como líder en su área determinada, por lo que es necesario que cuente con las aptitudes necesarias para ello.
Este informe se convertirá en un documento básico de la consecución de logros y objetivos de la empresa. Su desarrollo e implantación también correrá a cargo del controller financiero de la compañía.
Deberá analizar sus posibles desviaciones e incluirlos en su informe de control de gestión. Dicho informe irá dirigido tanto a la dirección de la compañía como a los diferentes responsables de la misma.
Deberá participar, por ejemplo, en la estrategia ligada a nuevos productos, inversiones o mercados. Su opinión será determinante a la hora de escoger una estrategia u otra, y participará de manera activa en la planificación financiera de la empresa.
Necesitará, además, gestionar posibles crisis de la empresa mediante el seguimiento de los mismos. Esta actividad no se limitará únicamente a las situaciones cuando ya se hayan producido, sino que se deberá contar con un plan de contingencia dotado de los recursos económicos y financieros necesarios para cada caso.
Esto le servirá para analizar sus posibles incidencias en la empresa y advertir a la dirección sobre las oportunidades de mejora. Es decir, una de sus funciones estribaría en el hecho de que tenga la capacidad de adelantarse a las tendencias que marcarán el camino en los próximos años, o incluso décadas.
Deberá asegurarse de que dichos objetivos se reflejen correctamente en los presupuestos futuros, y coordinarlos de manera eficiente para que coincidan entre sí.
Esto hará que se convierta en uno de los perfiles de confianza del director de la empresa. Además, le permitirá estar en contacto con todos los departamentos de la empresa que afectan a la contabilidad de la misma, lo que le dota de una visión global y unificada de la empresa.
Así pues la figura del controller estará siempre ligada al control y la supervisión, pero también a las decisiones estratégicas de la compañía. Por ello, su importancia en el organigrama es esencial. Además, hay que tener en cuenta que, para desarrollar correctamente estas funciones, es necesario que tanto el controller financiero como el departamento financiero en su conjunto cuenten con las herramientas más adecuadas para ello.
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