El fondo de maniobra es una medida simple que indica la capacidad de una empresa para satisfacer sus necesidades operativas a corto plazo. Cuando es positivo, se confirma que el negocio tiene suficiente efectivo para asumir su deuda a corto plazo, abonando cada pago a medida que vence.
Se trata de un indicador de la salud financiera a corto y medio plazo de una empresa, por lo que es una métrica que debe controlarse para garantizar la supervivencia del negocio. También puede indicar la capacidad de respaldar el crecimiento sin recurrir a préstamos u otro capital de captación.
Para calcular el fondo de maniobra hay que tener claro a cuánto asciende el pasivo corriente:
Éste se restará del activo corriente, que son los activos líquidos como tesorería, cuentas por cobrar e inventario.
El fondo de maniobra positivo es el reflejo de una empresa que puede cumplir con sus obligaciones de deuda a corto plazo. Sin embargo, es preciso hacer tres puntualizaciones:
El fondo de maniobra debe evaluarse caso por caso, en función de la naturaleza de la industria. Por ejemplo, las empresas que son estacionales (por ejemplo, de turismo y hostelería en lugares de playa o de alquiler de equipos de esquí) requerirán un fondo de maniobra más grande para mantenerse a flote durante la temporada baja, algo que no sucede en empresas donde no existe tanta diferencia de volumen de negocio a lo largo del año.
El fondo de maniobra negativo es el reflejo de la contabilidad de una empresa en la que los pasivos corrientes exceden los activos corrientes.
Esta situación implica un riesgo para el negocio, que podría no ser capaz de cumplir con sus obligaciones a corto plazo. Asimismo, períodos extendidos de fondo de maniobra negativo pueden conducir a quiebra e insolvencia.
La capacidad de reducir los plazos de las cuentas pendientes por cobrar y extender los días pagaderos sin incurrir en comisiones o intereses es la clave para ganar dinero con el fondo de maniobra.
La combinación libera efectivo, proporcionando múltiples líneas de crédito gratuito a corto plazo. Con este tipo de estrategia se reducen los gastos netos por intereses y el resultado es un aumento directo de la rentabilidad.
El fondo de maniobra también puede convertirse en una fuente de financiamiento a corto plazo para ayudar con distintas inversiones y aprovechar oportunidades que, de otra forma, quedarían fuera del alcance del negocio. Por ejemplo, las mejoras en la gestión de inventario también pueden mejorar la confianza de los gerentes en el inventario, con lo que se consigue eliminar ineficiencias y mitigar el riesgo de la obsolescencia del inventario.
No obstante, aunque el fondo de maniobra ofrece una visión del estado de salud de la empresa bastante veraz, a veces puede conducir a error y hay que saber cuándo. Por ejemplo, el fondo de maniobra positivo es bueno, pero no si se debe a las altas cuentas por cobrar o al inventario. En estos casos, o ante la duda, merece la pena complementar el análisis de las finanzas de la empresa con el estudio del ciclo de conversión de efectivo.