Todos somos creativos y nacemos con la capacidad de serlo. Sin embargo, nunca diríamos que todo el mundo lo es. ¿La creatividad se pierde con los años? ¿Hay que practicarla? ¿Y cómo se puede fomentar la creatividad colaborativa en la empresa?
Lo cierto es que el entorno influye, en gran medida, en la capacidad de una persona de generar nuevas ideas. Y esto ocurre también en el lugar de trabajo. El tipo de jefe que tengamos y el ambiente que se respira en el equipo puede potenciar la creatividad o erradicarla por completo.
Nunca será igual un grupo en el que, a diario, hay debate e intercambios de información que pueden ser la semilla de una gran de idea; que aquel en el que la comunicación brilla por su ausencia.
La creatividad es muy importante en el entorno laboral, especialmente si uno de los objetivos de la empresa es innovar. La primera da paso a la segunda y van de la mano.
Las empresas necesitan la creatividad para innovar en determinar áreas de su negocio. Ya sea para mejorar el producto o servicio que ofrecen como para buscar nuevas vías de comunicación con los potenciales clientes.
La creatividad no surge de la nada. Nace de la interacción entre las personas, cuando recibimos nueva información, vemos un cuadro, escuchamos una canción… La creatividad es estar en contacto con el exterior, con lo que nos rodea.
Por eso, en los últimos años se ha desarrollado el concepto de la creatividad colaborativa. Es una nueva forma de abordar el proceso de generación de ideas en el que se da importancia a la diversidad, la interconexión y el intercambio.
Tradicionalmente siempre se ha hablado de la creatividad desde un punto de vista individual. Sin embargo, cualquier esfuerzo creativo es mucho más eficaz si se realiza en conjunto. La creatividad colaborativa pretende acelerar el desarrollo creativo de los individuos a través de la cooperación amplia y diversa entre ellos, evitando el ambiente laboral tóxico. Sus beneficios son amplios:
La creatividad es como un hábito que requiere de cierta práctica o entrenamiento. Si quieres conseguir que tu equipo sea un hervidero de ideas, pon en práctica estos consejos:
Organiza sesiones o charlas en la que se hablen de temas relacionados con la creatividad y la innovación dentro de vuestro propio área. El contacto con las personas será la mejor fuente de creatividad dentro de tu equipo.
Sexo, religión, etnia, área de conocimiento… La diversidad es igual a creatividad. Si todo el equipo es igual, todos pensaréis de la misma manera. Una combinación de personas diferentes dará lugar a nuevas perspectivas.
Sólo si nos sentimos a gusto con nuestros compañeros nos atreveremos a compartir cualquier idea que pase por nuestra cabeza. El miedo o la vergüenza son un freno para la creatividad.
No todo el mundo tiene la misma capacidad para generar ideas. Ni todos serán lo suficientemente extrovertidos al principio. Sé paciente y dales un margen para sacar lo mejor de sí mismos.
Aunque parezca que lo único que hace es tirar por tierra las ideas de los demás, lo que está haciendo es bajarlas a la tierra. Un equipo equilibrado contará con al menos un miembro de este perfil.
La creatividad no fluye en ambientes tristes. El sentido del humor y la ilusión son ingredientes necesarios para una buena idea. Comienza las reuniones de una forma diferente y haz que tu equipo se sienta a gusto y con ganas.
Como hemos visto, la creatividad surge cuando las personas se encuentran en un ambiente adecuado y un entorno estimulante.
Crear este ecosistema será una condición necesaria para contar con un equipo que desprenda creatividad colaborativa e innovación.