La Generación Z representa actualmente el 50 %[1] de las nuevas contrataciones en las compañías y llegará a alcanzar el 27 % de la fuerza laboral activa[2]. Por eso, entender y adaptarse a su visión del mundo del trabajo es crucial para cualquier empresa que busque reforzar el engagement de su talento.
¿Cuáles son las principales demandas de aquellos nacidos entre mitad de los ‘90 y las primeras décadas del siglo? A continuación, analizaremos algunos de los aspectos más valorados por los jóvenes y cómo pueden responder las organizaciones.
Las personas de la Generación Z se caracterizan por creer en la necesidad de que las marcas se guíen por unos valores y, por eso, uno de los aspectos que más tienen en cuenta es que las empresas estén guiadas por un propósito claro y generen un impacto positivo en la sociedad. Prefieren organizaciones con las que se identifiquen y que promuevan la diversidad y la inclusión.
En este marco, aquellas empresas que logren comunicar claramente su misión y mostrar su compromiso genuino con causas que trascienden a la mera maximización de beneficios serán mucho más atractivas a la hora de fidelizar el talento joven. Mostrar transparencia, hacer hincapié en políticas inclusivas y prácticas sostenibles o implementar programas de responsabilidad social corporativa es muy bien recibido por ellos.
Una de las principales demandas que tienen los miembros de la Generación Z es que la empresa muestre preocupación por impulsar su aprendizaje y les ofrezca oportunidades de formación y actualización, especialmente en temas relacionados con áreas de tecnología e innovación. El crecimiento profesional es muy importante para los jóvenes que integran equipos de trabajo y crea un compromiso mucho más sólido con la organización.
Implementar programas de capacitación y desarrollo profesional, así como planes de carrera claros, puede ser un diferenciador importante. Además, fomentar una cultura de aprendizaje en toda la organización y proporcionar acceso a cursos, talleres y certificaciones mantendrá al talento motivado y actualizado.
En relación con el punto anterior, la Generación Z tiene la necesidad de sentirse parte de los cambios y los progresos. Quieren ser escuchados y valorados. La mayoría de ellos considera de vital importancia que sus superiores reconozcan su trabajo y les ofrezcan oportunidades para expresar sus ideas.
En este sentido, las empresas que fomenten ambientes más horizontales, abiertos a los debates y a las contribuciones activas van a tener un impacto más positivo en la percepción que tienen los jóvenes talentos.
Los jóvenes valoran enormemente el equilibrio entre su vida laboral y su vida personal, y harán todo lo posible para conseguirlo. Esto se volvió más evidente tras la pandemia de COVID-19.
La implementación de esquemas de flexibilidad laboral, incluyendo días de teletrabajo, retribución flexible y beneficios sociales mejoran significativamente la satisfacción y el compromiso de los equipos jóvenes. Beneficios adicionales que repercutan positivamente en su día a día como las soluciones de movilidad, el Ticket Restaurant y otros incentivos son fundamentales para su fidelización.
En definitiva, la Generación Z no quiere ser un agente pasivo, sino que desea ser parte activa y significativa de sus equipos de trabajo. Buscan generar impacto, que su voz sea valorada y sentir que la compañía confía en ellos. Por eso, implementar políticas sólidas de employee engagement es esencial para satisfacer sus expectativas y construir un vínculo sólido, duradero y productivo con ellos.
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[1] https://www.eleconomista.es/empleo/amp/12677261/generacion-z-tsunami-laboral-con-sed-de-flexibilidad-y-buen-sueldo-estan-preparadas-las-empresas
[2] https://www.bbva.com/es/salud-financiera/la-generacion-z-en-el-trabajo-como-son-que-buscan/
