La formación continua es un derecho de los trabajadores, pero también es una de las formas que tiene la empresa para reforzar la motivación de su equipo humano; una motivación que redundará en un aumento de su productividad profesional. ¿Quieres saber por qué? Te lo contamos en detalle en el artículo de hoy.
La formación continua es necesaria en cualquier sector profesional por una razón muy simple: vivimos en una sociedad avanzada y tecnológica, una sociedad en la que casi no queda oficio alguno en el que no haya que utilizar dispositivos digitales, maquinaria avanzada o sistemas informáticos más o menos complejos.
Esta sociedad ha abierto una profunda brecha generacional entre los trabajadores de diferentes edades (la famosa brecha tecnológica), algo que influye negativamente en la motivación profesional de los trabajadores mayores y cuya influencia se puede minimizar con la formación continua. ¿Por qué? Vamos a ver…
A diferencia de lo que ocurre con la mayoría de los empleados pertenecientes a la famosa generación Y o millennial (nacidos a partir de la segunda mitad de los años 80 del siglo pasado) los trabajadores senior no cuentan con las habilidades básicas para adaptarse con naturalidad a los cambios tecnológicos.
Estos valiosos hombres y mujeres de mediana edad no han recibido ni la formación digital básica con la que han contado las personas más jóvenes ni, tampoco, las facilidades de acceso a Internet que tan normales les parecen a los empleados de menor edad. Los empleados senior que no dominan las nuevas tecnologías se sienten torpes y fuera de lugar, unas sensaciones negativas que influyen negativamente en su motivación para aprender y, por supuesto, en su productividad personal y su rentabilidad para la empresa.
En este sentido, la formación continua es la solución perfecta para eliminar esas sensaciones negativas, esa infelicidad personal y profesional que, no lo olvidemos, influye negativamente en la productividad y la rentabilidad de cada miembro de la empresa.
¿Cómo lo hace?:
Ya hemos visto que la formación continua aumenta la productividad de nuestros empleados de mediana edad y, también, de los profesionales más jóvenes que necesitan estabilidad profesional. ¿Qué otras ventajas tiene para la empresa impartir acciones de formación continua a su equipo humano? Algunas tan interesantes como las siguientes:
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