El producto marginal del trabajo es uno de los conceptos económicos más importantes e influyentes en la productividad laboral, la satisfacción de nuestros empleados y la consecución de nuestros objetivos empresariales a corto, medio y largo plazo. El tema es importante y por eso hoy vamos a investigar sobre las causas que pueden afectar a este producto marginal. ¿Nos acompañas?
Seguramente sepas qué es el producto marginal del trabajo, pero como este blog es leído por profesionales con y sin experiencia, creemos que merece la pena dedicar un breve apartado para aclarar este término y anotar un ejemplo.
Explicado de forma muy sencilla, podríamos decir que el producto marginal del trabajo es aquel producto extra o adicional que se crea cuando aumentamos una unidad a la cantidad de trabajo que usamos para la producción.
El producto marginal del trabajo es un concepto fácil de entender si pensamos en un ejemplo: imagina que tienes una fábrica de zapatos con tres máquinas automáticas y dos empleados. Cada trabajador que maneja una máquina es capaz de fabricar 10 zapatos al día. Si aumentas tu plantilla contratando a un empleado, el producto marginal del trabajo de ese nuevo empleado será de 10 ya que (sin modificar ninguna circunstancia productiva más) esa persona aumentará la producción diaria de tu fábrica en 10 unidades.
Pero imagina que contratas a un cuarto trabajador y no aumentas el número de máquinas de tu fábrica de zapatos. ¿Crees que ese cuarto trabajador también tendrá un producto marginal del trabajo de 10 unidades más? La respuesta es “no” ya que ese nuevo empleado no tendrá máquina propia para trabajar y tendrás que organizar de otra forma los turnos para que tu producto marginal del trabajo siga creciendo o, al menos, no caiga en una curva descendente.
En el ejemplo del apartado anterior ya te hemos dejado una pista sobre una de las dos causas más frecuentes de la disminución del producto marginal del trabajo: no tener en cuenta la maquinaria que necesita un nuevo empleado para hacer su trabajo con la máxima eficiencia. Si contratas a un empleado más, pero no adquieres una máquina extra para que fabrique sus zapatos, seguramente tu producción diaria crecerá, pero no lo hará el producto marginal del trabajo de ese nuevo empleado y, quizá, disminuya el producto marginal del trabajo de ese otro empleado con el que tendrá que compartir la maquinaria si trabajan en el mismo turno.
La primera causa de disminución del producto marginal del trabajo es clara de ver y muy útil para los nuevos emprendedores que creen que cuanto mayor sea su plantilla, mayor será su producción y mejores serán sus resultados económicos. Pero hay una segunda causa de la disminución de este valor que es más difícil de ver y de corregir que la primera, una causa que trasciende de los números y las fórmulas: la desmotivación laboral.
Imagina que cambias tu fábrica de zapatos por una cadena de producción de zapatos en la que los empleados trabajan codo con codo en una cinta. Según vayas aumentando el número de trabajadores, supuestamente crecerá el producto marginal del trabajo de cada uno de ellos, pero llegará un momento en el que habrá tantas personas trabajando juntas que se molestarán unas a otras, surgirán los conflictos personales, se enrarecerá el ambiente laboral, surgirán las rencillas si uno de ellos va más rápido o más lento que el otro… Todos estos problemas personales se traducirán en una sensación de infelicidad de tus trabajadores, una sensación que desmotivará a tu personal y afectará negativamente al valor del producto marginal del trabajo que precisamente estás buscando aumentar mediante la contratación masiva de personal.
¿Se puede corregir esta segunda causa? Sí: implementando una serie de medidas que mejoren el sentimiento de felicidad, compromiso y productividad de tu valioso equipo humano sin incrementar tus gastos.